ROMA.- El suelo tiembla, hay oscuridad, sensación de encierro, de ahogo, claustrofobia. Estamos seis metros bajo tierra, las sirenas ululan para advertir que están llegando los bombardeos, se oye el sonido de los aviones que están por soltar las bombas. Es lo que puede sentirse al bajar al refugio antiaéreo y el búnker subterráneo de Benito Mussolini (1883-1945), que reabrió este viernes al público en el interior de la impactante Villa Torlonia, la mansión de la homónima familia noble romana en la que, entre 1929 y 1943, el Duce tuvo su residencia privada en Roma.